Mucho se está hablando en los últimos años de los factores que están afectando gravemente al mercado de la hostelería como consecuencia de cambios tanto económicos como políticos.
Por un lado, la situación de crisis económica que afecta a toda Europa ha disminuido el turismo y con ello parece que la hostelería se ve claramente afectada.
En otra mano, manejamos la polémica ley antitabaco, que tanto revuelo ha causado. Muchos profesionales de este tipo de negocios se quejan amargamente de que no se ha pensado en ellos, como grandes damnificados.
Pero en mi opinión estos son los menos, los que no se han querido adaptar al cambio. Ya que muchos que la han asumido y aceptado, se han renovado con toldos para sus terrazas (donde sí se puede fumar) y las han convertido en auténticos lugares de peregrinaje donde los fumadores disfrutan de innovadores elementos que dan un toque especial al sitio en el que pueden ejercer su libertad. Si hay negocios que han tenido que cerrar esto es más debido a la propia situación horrible a nivel económico de la gente, quienes no pueden gastar en ocio.
Si recordamos, antes montar un negocio de este sector era la solución para tener una profesión con futuro, pero esto se pone en duda en la actualidad ante el escenario que hemos presentado.
En mi opinión aún sigue siendo algo por lo que apostar. Y es que si montas un restaurante diferente y te vuelcas en la atención al público siempre podrás mantenerte ante la competencia. Nunca es fácil montar un negocio: necesitas una licencia de apertura en Madrid así como si lo abres en cualquier otra ciudad. Pero con un poco de esfuerzo y tesón se pueden conseguir clientes fieles que salven el negocio de la hostelería.
Esta a elección del hostelero renovarse o morir, yo creo que el futuro a corto plazo de este negocio pasa por la innovación y el trato al cliente.
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