En esta ocasión queremos hablar sobre los metales no ferrosos y de consumibles para soldaduras, tan desconocidos por muchos, y tan presente en nuestro día a día.
A pesar de pasar desapercibidos ante nuestros ojos, las aleaciones fusibles son tan importante que abarcan cualquier sector de nuestra vida que pudiéramos imaginar.
A grandes rasgos diremos que las aleaciones fusibles se aplican habitualmente en cosmética, en productos farmacéuticos, cerámicas, soldaduras, cristal…
Además, las aleaciones fusibles son utilizadas también en aplicaciones como la óptica, la fabricación de piezas espaciales y la aeronáutica.
Actualmente existen pocas empresas dedicadas a este tipo de aleaciones, no ferrosas, a base de bismuto, con bajo punto de fusión.
Estos productos son fabricados exclusivamente a partir de metales de primera fusión de gran pureza, y cómo ventajas señalar que son poco oxidables y reutilizables, por lo que se pueden reciclar, respetando así el Medio Ambiente.
Soldaduras con estaño
De igual manera las soldaduras con estaño van a permitir y garantizar la circulación de la corriente electrónica.
En este sentido cabe destacar que en electrónica, el sistema más usado para garantizar la circulación de corriente entre los diferentes componentes de un circuito, es la soldadura con estaño o aleaciones de este.
En concreto, la soldadura con hilos de estaño va a consistir en la unión de dos fragmentos de metal a través de un metal de aportación, que suele ser estaño, con el objetivo de conseguir una continuidad eléctrica entre los metales que se van a unir.
Para que esta soldadura cumpla con su objetivo, deberá ofrecer la menor resistencia posible al paso de la corriente eléctrica, ya que la finalidad última es la obtención de una unión eléctrica óptima.
Las soldaduras con estaño consiguen uniones muy fiables y definitivas, que además de permitir sujetar los componentes en su posición, soportan muy bien los golpes y la vibraciones, asegurando así las conexión eléctrica durante bastante tiempo.